La inteligencia artificial (IA) ya no se limita a fábricas o empresas tecnológicas: también está revolucionando la gastronomía. Aplicaciones basadas en IA pueden sugerir recetas personalizadas según las preferencias, alergias y los ingredientes disponibles en la nevera.
Restaurantes de vanguardia han comenzado a experimentar con algoritmos que diseñan menús innovadores, combinando sabores de formas que antes parecían imposibles. La creatividad humana ahora encuentra un aliado inesperado en las máquinas.
Pero la IA no busca reemplazar a los chefs, sino potenciar su trabajo. Al analizar datos de tendencias de consumo y composición nutricional, los sistemas ayudan a equilibrar platos más saludables y atractivos.
En hogares, ya existen dispositivos inteligentes que guían paso a paso la preparación de recetas, ajustando tiempos y temperaturas automáticamente.
La gran pregunta es si la cocina del futuro será dominada por algoritmos o si seguirá siendo un arte humano con apoyo tecnológico.
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